sábado, 25 de mayo de 2019

Resultados del Concurso de Selección UNAM 2019 Febrero (Sistema escolarizado)

El pasado 25 de marzo de 2019 fueron publicados los resultados del Concurso de Selección a la licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Nos referiremos exclusivamente a los resultados de los estudiantes que participaron y que se interesaron en alguna de las licenciaturas ofertadas en el sistema escolarizado (SE). Esto quiere decir, que no estamos contando a los alumnos que se interesaron por carreras del sistema de universidad abierta y educación a distancia (SUA y ED).

El total de alumnos inscritos en el concurso fue de 151,993 (100 %), de los cuales 140,053 (92.1 %) presentaron el examen de selección. Analizando los resultados individuales publicados en la página https://escolar1.unam.mx/Febrero2019/resultados.pdf  el número de alumnos que no lograron ser seleccionados fue de 127,618 (84 %), mientras que los estudiantes seleccionados fue de 12,405 (8.2%).

En esta ocasión me di la tarea estadística para analizar el resultado global de los alumnos que presentaron examen. La tarea no fue sencilla porque se trata de un universo de poco más de 140 mil alumnos. Sin embargo mostramos nuestros resultados en el siguiente gráfico.

Diagrama de frecuencias de calificaciones de aspirantes a licenciatura UNAMConcurso de Selección Febrero (2019-F) Sistema Escolarizado.


Lo que estamos analizando en el diagrama, es la variación de las calificaciones con su frecuencia. Es decir, se grafica cada calificación (aciertos obtenidos por cada alumno) con el número de participantes que la obtuvo. De esta manera, nos damos cuenta que la calificación más repetida (o moda) es la de 47 aciertos, mientras que el promedio (o media) de todos los concursantes resultó de 49 aciertos. Es importante mencionar que todos los alumnos realizaron una prueba de 120 preguntas de opción múltiple.

Como podemos observar, el gráfico está cargado muy a la izquierda, lo que quiere decir que la mayoría de los alumnos no logra superar la cifra de los 60 aciertos (línea azul vertical). De hecho, arriba mostramos que el 64.1 % de los concursantes obtiene una calificación entre 0 y 60 aciertos, mientras que sólo el 35.9 % de los aspirantes obtiene de 61 a 120 aciertos.

Los seleccionados se muestran en el gráfico amarillo. Como se puede apreciar, ahí la situación es la inversa. El gráfico está más cargado a la derecha, lo que quiere decir que los aspirantes con mayor número de aciertos en su examen, tienen más probabilidades de ser seleccionados como era de esperarse.

Cada licenciatura cuenta con una oferta y una demanda distinta. En esta ocasión, la carrera con mayor línea de corte fue Física impartida en la Facultad de Ciencias (FC), la cual cerró en 107 aciertos. Esto quiere decir, que para ser seleccionado en esta  licenciatura, los aspirantes a ella obtuvieron 107 o más aciertos en su examen de admisión. Se trata de la primera ocasión que una carrera supera a Médico Cirujano impartida en la Facultad de Medicina (FM), la cual, en esta ocasión, tuvo una línea de corte de 106 aciertos. 


En el siguiente gráfico mostramos las licenciaturas con mayor demanda, y las que tuvieron mayores líneas de corte (aciertos mínimos para el ingreso). Entre más arriba estén las carreras, quiere decir que su demanda es muy alta, mientras que entre más a la derecha estén, querrá decir que el número de aciertos mínimo para ingresar, es mayor.

Aciertos mínimos contra demanda de aspirantes
  

Como hemos indicado, Física, FC es la carrera con mayor número de aciertos mínimos (107 aciertos), sin embargo, su demanda es de 2 mil aspirantes para una oferta de 72 lugares. Médico Cirujano FM es la más solicitada (casi 12 mil aspirantes con una oferta de 140 lugares), y con línea de corte de 106 aciertos. La segunda carrera más demandada en la UNAM es Administración en la Facultad de Contaduría y Administración (87 aciertos, 6104 aspirantes), y la tercera Derecho impartida en la Facultad de Derecho (91 aciertos, 4931 aspirantes).


Las 17 carreras de mayor dificultad de ingreso


Otra situación que puede sorprender, es que la carrera de Física Biomédica de la Facultad de Ciencias tenga la tercera línea de corte más alta con 105 aciertos, superando a Médico Cirujano en FES Zaragoza con 104 aciertos que a su vez empató con Actuaría en Facultad de Ciencias también con 104 aciertos. 

Estos datos ilustran que los alumnos de esta generación se siguen inclinando por carreras como Médico Cirujano, Administración o Contaduría; pero las más peleadas son las carreras científicas de Física, Física Biomédica y Actuaría. ¿Sorprendente? Claro que sí. Las nuevas generaciones están dictando otras tendencias, y por fortuna la universidad ha sabido comprender dichos requerimientos ofreciendo nuevas carreras como las descritas. Otro ejemplo es Nutriología en la FES Zaragoza, carrera nueva, que por cierto cortó en 100 aciertos.

La cara oculta del sistema educativo mexicano vuelve a mostrar sus datos lamentables. No podemos dejar de lado que más del 60% de los alumnos no logre obtener la mitad de los aciertos de un examen de selección que mide los conocimientos básicos que debe tener un alumno de bachillerato general. Estos datos no son novedosos. El sistema educativo sigue mostrando su pobreza en la excelencia académica. ¿Qué sucederá con estos jóvenes?, ¿cómo es que el gobierno actual les otorgará su derecho a la educación superior como se lo ha prometido?, ¿les asignarán una carrera en línea?, ¿o será que estén contemplando ya la aplicación de un vaucher educativo mediante el cual podrán ser inscritos en universidades particulares con solvencia gubernamental? Lo dudo. Debo aceptar que estoy ansioso por ver cómo saldrá de este embrollo el gobierno de la cuarta transformación. 




miércoles, 15 de agosto de 2018

El derecho a la educación libre.



Se nos sugiere que los derechos humanos son un conjunto de principios que deben ser protegidos para todos los mexicanos sin distinción alguna, en tanto son atributo de los seres humanos por el sólo hecho de serlo. Y en este sentido se nos suele reiterar con desmesurada frecuencia que en particular el derecho a la educación en nuestro país, debe ser considerado como el motor del desarrollo personal y social, y además de ser una primicia que adquiere relevancia como uno de los derechos humanos fundamentales.

Si bien coincido con este contexto en general, las personas que estamos en favor de las ideas de la libertad en general, creo que podemos concordar en que este derecho a la educación debe precisar con mayor detalle ciertos aspectos poco considerados por la generalidad política, así como las consecuencias que esta invisibilidad provoca. 

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Derecho a la educación
Primero que nada es necesario precisar que el derecho a la educación de unos, implica inevitablemente la obligación a pagarla y ejercerla para otros. Así, desde el aspecto ético, no puede ser considerado como un derecho en toda la extensión de la palabra algo que inexcusablemente implique coacción sobre nadie más para desempeñarlo, y mucho menos, cuando esa obligación se ejecuta hacia ciertas personas que, al mismo tiempo, son excluidas de ese mismo derecho, como es el caso de los ciudadanos de escasos recursos.

Esta coacción no puede dejar de verse por la inmoralidad que guarda en su fundamento. Sin embargo, dejaré ese análisis para después, y consideraré viable -por ahora- la primicia introductoria de este texto, justificándonos en el contexto social e histórico de este derecho como atributo natural de los individuos.

Luego entonces, habrá que especificar que, para poder garantizar el derecho a la educación de cualquier mexicano, no implica necesariamente que la educación sea ejecutada exclusivamente por las dependencias estatales educativas (SEP, secretarías estatales y universidades públicas). Bien se puede sufragar este derecho mediante un cupón educativo por medio de cualquier institución educativa (pública o privada).


Por desgracia, con el pretexto de garantizar la educación muy en especial a las personas más limitadas en lo económico, el Estado mexicano se apropió de los planes y programas de estudio en general, monopolizando el sistema educativo, nulificando las opciones pedagógicas universales que podrían ofrecer toda clase de soluciones, suprimiendo didácticas encaminadas a la diversidad cultural que podrían ser viables para nuestra sociedad mexicana (como en comunidades indígenas).


Esta política suprimió la certificación de estudios de instancias particulares por considerarlas entidades de valor ínfimo o de poca calidad moral. Todo esto, no sólo ha originado que la educación, esté bajo control absoluto del Estado mexicano, sino que la educación esté a expensas de arbitrariedades y despotismos de políticos, sindicatos y burócratas sin que los ciudadanos puedan tener alternativas ante tales excesos de poder y estén sujetos a toda clase de injusticias en este ámbito.


Modelo educativo único


Los padres de familia (contribuyentes mexicanos) que han optado por la educación pública para sus hijos, han estado obligados a tolerar perfiles mediocres y pésimos desempeños docentes, planes de estudio mal planificados (sin ninguna meta objetiva), infraestructuras educativas de pésima calidad, y lo más grave, estar a merced de burócratas con nula capacidad para ofrecerle dirección y orientación adecuadas a futuros egresados para que a su vez, puedan desarrollar capacidades acordes a lo que requiere nuestra sociedad. Mientras que los padres de familia que han optado por la "educación privada" para sus descendientes (aún sabiendo que los planes de estudio son estatales), inevitablemente tienen que pagar doble: impuestos educativos para financiar la educación de otros, y además colegiaturas particulares por el otro. Con este perverso sistema educativo, todos salimos perdiendo.


Insisto, la educación en nuestro país está dominada por distintos lobbys: sindicatos con influencias políticas que son usados para distintos fines menos para la mejora de la enseñanza, burócratas que usan las reformas educativas a su conveniencia para someter a la juventud a la ideología colectiva en turno, y políticos que usan las plataformas educativas a la conveniencia de partido, religión o de cualquier patriotismo o nacionalismo de ocasión.


Planes y programas de estudio, así como escuelas públicas y privadas en México han estado al servicio de la entidad política dominante, en prejuicio principalmente de los ciudadanos de bajos recursos (a quienes se supone que debe privilegiar la educación pública en mayor medida). Aún así, todo el tiempo se nos alecciona que este es el mejor sistema educativo, el único que puede garantizar la educación pública, gratuita, laica y de calidad. Nada más falso que eso.

Acuerdo 450. La SEP obliga a las particulares no incorporadas a especificar que sus planes no
tienen reconocimiento de validez oficial



Ante esta lamentable situación, creo que es necesario orientar la educación pública a un sistema de de amplia diversidad. Por ello me gustaría exhortar al Congreso de la Unión entrante a discutir si quiera, la posibilidad de que las instituciones educativas particulares (y oficiales que lo deseen), puedan ofrecer metodologías alternativas a los dictados por el Estado y sus instituciones educativas que imponen planes y programas únicos en el país, que puedan aplicar distintos esquemas didácticos encaminados a desarrollar con mayor dinámica las habilidades individuales, en inteligencias múltiples y fortalecer los conocimientos generales que ellos consideren adecuados para las necesidades actuales del momento.


De esta manera, los padres mexicanos, podrán ofrecer mejores alternativas educativas a sus hijos, y lo más importante, se podrá ejercer el derecho universal a la educación que proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 26):

Toda persona tiene derecho a la educación [...] La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
 La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; […] Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Sería deseable que este tema tan importante formara parte de la agenda de la clase política mexicana en el gobierno entrante. Me pareciera muy digno que se pusieran a trabajar en serio y que nos permitieran a los ciudadanos escoger libremente entre la diversidad de sistemas pedagógicos existentes y que consideremos el ideal para nosotros mismos o para nuestros hijos.


¿Qué justifica que una autoridad educativa totalitaria sea la que imponga un sistema educativo generalizado a los ciudadanos de una nación supuestamente libre?


Considero que esto no sólo permitirá ofrecer mejores esquemas de escolarización y de enseñanza (tanto públicos y privados), sino que con esta medida se contribuye a mejorar el desempeño laboral de los docentes sin la necesidad de obligarlos a seguir reformas educativas que no llevan a ningún lado. De la misma manera estimo que las instancias educativas particulares (y públicas que así lo decidan) pudiendo certificar con planes independientes a los ofrecidos por la instancia estatal única (SEP y universidades oficiales), los padres de familia podrán no sólo garantizar el derecho a la educación de sus hijos (gratuita y de calidad), sino que podrán sufragar el derecho pleno a la educación que ellos consideren apropiada, como lo sugiere la DUDH en su artículo 26.

Ciudad de México. Agosto de 2018.
Guillermo Rosas Álvarez





martes, 21 de febrero de 2017

Un mito llamado "neoliberalismo"

Como usted sabe, según la educación ofiacialista SEP-UNAM, de acuerdo con sus colegiados en la materia de Historia de México, nuestro país atraviesa por la etapa "neoliberal", (sistema económico impuesto desde el gobierno de Carlos Salinas hasta nuestros días). Esa hipótesis se le enseña hasta el cansancio a todos los alumnos de educación media superior y superior.


Historia de México II: Unidad 4 "Renovación moral a la modernización del neoliberalismo (1982 a nuestros tiempos)"


Se nos repite sin cesar, que el Estado ha venido perdiendo fuerzas frente al avance de la Empresa privada, instancia que por su ambición, crece cada vez más ante la debilidad de la primera. Comentarios rutinarios como "quieren acabar con lo público", o del tipo "quieren privatizarlo todo" son repetidos sin cansancio en aulas preparatorianas, ceceacheras, y de cualquier tipo de bachillerato público o privado. Y a partir de esa hipótesis, se llega a la gran conclusión política del momento, que sugiere que el gobierno debe ser cada vez más fuerte para que pueda oponerse al embate de la Empresa.

Protesta antineoliberal en la ciudad de México

Sin embargo, si usted observa con atención, se dará cuenta de que como nunca en la historia, habíamos tenido un Estado tan grande, tan intervencionista, y tan regulador que exige cada vez más obligaciones a los ciudadanos. Le menciono sólo algunos de los impuestos que nos obliga el gobierno a pagarle bajo amenaza:

Impuesto por derecho a gozar de los beneficios de su trabajo (ISR), impuesto por tener casa (predial), impuesto por tener auto (tenencia), impuesto por comprar cualquier producto o servicio -lo que usted guste- (IVA), impuesto por beber coca cola o cualquier refresco o bebida azucarada (IEPS+IVA), impuesto por fumarse un tabaco (IEPS+IVA), impuesto por beberse un tequila, una cerveza o cualquier bebida alcohólica (IEPS+IVA), impuesto por comprar gasolina (IEPS+IVA), impuesto por comprar boleto de avión o autobús o por hospedarse en un hotel (¿ha notado que cuando viaja, paga más por impuestos que por avión y hospedaje?), impuesto por contratar "legalmente" a alguien (cuotas y obligaciones patronales IMSS/Infonavit), impuestos por vender o comprar inmuebles, impuesto por heredar sus pertenencias a sus seres queridos, impuesto a jugar lotería, al melate o por derecho a aventurarse en cualquier apuesta, impuesto por gozar de alumbrado público, impiuestos de gobiernos locales, y ahora, el impuesto a la plusvalía de su casa.

Impuestos gubernamentales: obligación ciudadana

A toda esa carga fiscal, debe usted sumar las regulaciones estatales que obliga el gobierno a todas las empresas -grandes, medianas o pequeñas- (excepto a los cuates gubernamentales claro está) para contratar personal, para poder vender, para tener permisos, para poder operar, para poder llevar a cabo cualquier producción, para asociarse, para poder transitar, para poder tener vistos buenos de correcto funcionamiento o de protección civil, en fin, hasta para pagar derecho de piso, o cuotas extras para efectos de que "salga sin objeciones" cualquier licencia, etcétera.

Las regulaciones estatales están hasta en la sopa, pero sin sal, porque como sabe, el gobierno nos protege tanto que ha decido establecer una norma que obliga a los restauranteros a quitar el salero de una mesa de comensales por nuestro propio bien. Incluso, como le he mostrado, nos obliga a pagar un impuesto "especial" cuando decidimos ingerir azúcar, alcohol o fumar, por nuestro propio bienestar.

La intromisión del gobierno

Es realmente curioso, pero es el Estado -y no la empresa particular- la única entidad que arremete en contra de la propiedad privada de las personas, la que menoscaba la libertad individual con leyes y derechos por doquier para justificar su existencia, es la que provoca absolutamente todas las crisis e inflaciones, la que profundiza las recesiones con soluciones que avivan las crisis, es la entidad que ahonda las deudas públicas a su antojo y las ha llevado a niveles nunca vistos en la historia, y la única que se dedica a romper con tradiciones e instituciones privadas como las religiones para dejar al individuo sólo y totalmente dependiente de él. Por esa razón ha monopolizado la educación, y el uso exclusivo de la violencia.

Como nunca estamos frente a un Estado enorme, con aparatos gigantescos que dañan y perjudican constantemente a ciudadanos y a empresas autónomas.  

Ciudadano frente al aparato del Estado

Es muy curioso que la gestapo educativa SEP-UNAM sea parte de este juego, tapándose los ojos ante la intromisión estatal y utilizando esta idea para socavar con los principios liberales, llamando "neoliberalismo" a lo que significa la violación de la libertad y de la propiedad privada de las personas. Ya que como comprenderá cualquier orden liberal, debe tener un sesgo contrario a la expansión del Estado, y no al revés. 


¿Salinas neoliberal?

No es nada casual que gran parte de a intelectualidad adepta al marxismo cultural mexicano, haya vinculado las privatizaciones del salinato con lo neoliberal justo después de la caída del socialismo. Como usted sabe, lo que hizo el gobierno de aquel entonces, fue utilizar un principio aparentemente "liberal" para convertir empresas públicas en privadas sin merecimiento por talento, sino sólo por el hecho de haber sido amigos de Salinas. Este hecho fue más bien una canallada mercantilista. Amigos de los políticos (y políticos mismos) se adueñaron de la banca y de muchas empresas paraestatales. ¿A caso estas privatizaciones se hicieron con con absoluta transparencia y con la finalidad de favorecer la competencia y al consumidor?, ¿a caso rescatar la banca en manos de los cuatitos del gobierno se establece en algún principio liberal? Una política liberal bien aplicada hubiera implicado privatizar en partes el sector telefónico y la banca, y mucho menos se hubiera tolerado que, en caso de quiebra, haberse convertido en deuda pública una irresponsabilidad privada. Esas acciones no son neoliberales, son más bien parte de una política de cuates (tan tristemente conocida en nuestro país).

Salinas se disfrazó de neoliberal, y las bajezas de este último fueron aprovechadas por el marxismo instalado en el sector educativo nacional, y así, irresponsablemente confundir a la gente con los términos, pero sobre todo, para tomar el poder con ideas del tipo "quieren acabar con todo / defendamos lo público" que tanto se defienden desde las izquierdas.

En fin, el estatismo con su artificio de neoliberal, ha triunfado. Ni sus intromisiones y planificaciones reguladoras han muerto. Viven entre nosotros todo el tiempo. Los principios liberales, se siguen sepultando bajo el manto abrumador del intervencionismo, con prácticas antiliberales como si fueran complementarias con el liberalismo moderno. 


martes, 13 de septiembre de 2016

Colectivismo, un enemigo de la libertad

El libertario sabe que la sociedad perfecta pretendida por colectivistas-utópicos (maxistas-comunistas) representa la negación de la sociedad abierta. El homo liberalis sabe que no hay un criterio razonable para fundamentar la sociedad perfecta. El libertario sabe que el colectivista es un aventurero.

El libertario rechaza la construcción de una sociedad de acuerdo a dictados de la ingeniería social izquierdista. El libertario prefiere la teoría evolutiva de las instituciones (lenguaje, dinero, derecho, ciencia, etcétera) a diferencia de su contrario el utópico que propone el derrocamiento de las mismas en función de lo que él considera debe ser mejor para la sociedad.

El homo liberalis rechaza la teoría conspiratoria de la utopía marxista, según la cual todos los hechos desagradables y acontecimientos negativos serían el resultado de proyectos o conjuras organizadas por gente perversa y malvada. Y la rechaza precisamente porque sabe que la inevitable aparición de consecuencias no intencionadas demuestra que pueden existir fracasos sin culpa y logros sin mérito.

Dado que el utópico colectivista presume que sabe todo lo que tiene que ver con la sociedad (cree saber lo que es el mal, el bien y propone un hombre perfecto que pueda hermanarse con todos sus semejantes), la tradición libertaria es precavida, pues sabe que detrás de un utópico colectivista siempre habita un totalitario.



El izquierdista revolucionario siempre propone una ciudad ideal, un paraíso en la tierra, una humanidad distinta que no tenga que ver con la miseria y con el dolor del bajo mundo. El utópico siempre pretende cambiarlo todo, quiere comenzar de nuevo, y quiere hacerlo porque está convencido de que la humanidad ha vivido hasta antes de él, una prehistoria. El utópico es el súper ingeniero histórico social que cambiará todo de una vez para siempre. El colectivista es un fantasioso.

El utópico exige siempre el sacrificio de una generación en aras de la ilusoria felicidad de las generaciones venideras, olvidando por completo que todo hombre es un fin, y no un medio para alcanzar fines de otros. El colectivista termina siendo un inmoral.

Todo revolucionario social termina cayendo en la tentación de la serpiente, pues cree que puede conocer el bien y el mal. Es ingenuo, inocente y charlatán. Niega la experiencia humana, y desconoce majaderamente que toda solución de cualquier problema, crea otros, a veces más graves y más alarmantes que los resueltos. El utópico es iluso.

El colectivista niega que los seres humanos somos herederos de una determinada tradición, y que hemos sido forjados por ella. Desconocer las tradiciones para inventar nuevas, son características comunes de estos personajes. Su descontento con la tradición provoca que la considere su enemiga, y por tanto quiera destruirla para iniciar otra. El utópico es un reaccionario.

Al colectivista izquierdista, en el fondo, no le interesa la humanidad; mucho menos los sufrimientos ajenos. Sus ideas no están en función de los hombres, sino por el contrario, los hombres están en función de sus ideas iluminadas. El utópico es un dogmático.



El colectivista es peligroso porque quiere acabar con todo y hacer tabla rasa de todo lo que existe. Este personaje se presenta como quien posee la verdad total, última y definitiva; por tal razón deduce que los demás, están en el error, enajenados por sus intereses y por su fe ilusoria. El colectivista es irracional e infantil.

Los colectivistas por lo general son esnobs. Son como niños que pretenden entenderlo todo inventando dos o tres fantasmas que suelen ser los culpables de todas las desgracias humanas. Los hay de distintas variedades y formas. El marxismo de género ha ganado terreno últimamente en el sector. Estos últimos ya no quieren imponer la dictadura de la raza como ambicionó el nacional socialismo, ni la dictadura de la clase como pretendió el comunismo como soluciones para iniciar de nuevo. Ahora se pretende imponer la dictadura sin género que acabe con la perversión heteropatriarcal que ha usado el leguaje, la ciencia, la religión judeo-cristiana y el capitalismo para implantar la diferenciación de lo femenino con lo masculino como construcciones patriarcales de dominación. De ahí los ataques a tales instituciones. El colectivista es pretencioso y fatuo.



El colectivista no sabe generar riqueza ni para él, ni para la sociedad. Le intolera que las cosas le cuesten. Detesta la empresarialidad por ser una perversión capitalista. Generalmente vive infeliz. En muchas ocasiones se asume como intelectual. Cree que la sociedad no lo entiende y le parece una injusticia que pequeños comerciantes ganen más que él. Vive dentro de la victimización. Es poco productivo, y si trabaja, lo hace desde universidades públicas, donde se la pasa denunciando al neoliberalismo. Si se convierte en político, usará la bandera de la victimización para adquirir poder. Desde su tribuna nos recordará «ustedes no pueden elegir porque otros han decidido por ustedes. Yo soy su salvador. Yo los proveeré de lo que los demás les han quitado. Yo los voy a proteger». El colectivista es un resignado, un resentido y un populista.




Guillermo Rosas Álvarez

Físico de profesión, micro emprendedor y profesor.

domingo, 14 de febrero de 2016

La educación privada en México es un mito.

«La educación es un asunto demasiado importante para dejarlo en manos del Estado»

Es una absoluta mentira que en México exista la educación pública y privada. Lo que tenemos en realidad es una educación totalmente regida por el Estado. Trataré de explicarlo de la manera más clara posible.

Los que estamos al frente de una “escuela privada” carecemos de posibilidades para poner en marcha proyectos educativos alternativos a los propuestos por la planificación estatal. En realidad los institutos educativos “privados” estamos privados de toda independencia educativa.

Por desgracia, toda escuela privada de educación básica en México tiene que estar subordinada por un esperpento burocrático llamado Secretaría de Educación Pública (SEP). Los particulares no podemos llevar a la práctica un modelo educativo que no sea el estatal, ya que nos obligan a estar incorporados al monstruo de la SEP, de lo contrario nos impiden gozar de Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (REVOE).



Los particulares podemos elegir el color institucional, el tipo de bancas para nuestros alumnos, el tipo de piso de nuestros centros escolares y demás superficialidades, pero estamos impedidos de llevar a cabo esquemas educativos independientes. No podemos desarrollar planes de estudio autónomos y eso es lamentable que ocurra en una sociedad libre.

Creo que la educación debe ser abierta, y que no debe estar planificada u ordenada por ningún control central. Considero que deben ser los alumnos y los padres de familia los que otorguen la confianza en cualquier centro educativo, pues como sabemos la calidad educativa siempre es premiada y la deficiente castigada por los mismos demandantes de estos servicios (tal como sucede en cualquier proceso evolutivo).

Si las escuelas privadas pudieran construir su propio diseño educativo sin la necesidad de la autorización de la SEP, la sociedad tendría más opciones educativas reales y podría elegir la que considerara como mejor opción.



Considero que los proyectos educativos, así como las ideas tienen que ser siempre sometidos a prueba, es decir tienen que ser evolutivos porque nadie tiene la certeza absoluta sobre un proyecto ejemplar para toda una sociedad ya que ningún mortal tiene acceso a la perfección, por lo cual deben ser los educandos quienes elijan las mejores alternativas, y no las instituciones centrales. De eso se trata el progreso social.

Lamentablemente la SEP peca de una soberbia absoluta al considerarse a sí misma como la única institución que conoce a la perfección las necesidades educativas de los individuos, cuando la historia nos ha mostrado una y otra vez que los planificadores que creen saberlo todo terminan instaurando sistemas autoritarios en prejuicio de la libertad de las personas y de las sociedades abiertas.

Voy a insistir que los proyectos educativos tienen que ser evolutivos. Muchas instituciones privadas (incluso las llamadas públicas) tienen ideas y proyectos excelentes, pero que por desgracia no los pueden llevar a cabo porque viven con la amenaza constante del cierre de sus centros escolares o la del retiro de la validez educativa por parte de la Gestapo mexicana del siglo XXI llamada SEP si no siguen las normas y planes de estudio definidos desde ella misma.




La laicidad tiene que incluir a la odiosa injerencia del Estado en los diseños de los planes de estudio y en los diseños alternativos. Las escuelas privadas tienen que ser privadas de la perversión estatal. Cuando eso suceda, podremos decir que tenemos una educación verdaderamente laica, de calidad y en plena evolución en beneficio de la libertad individual y de la sociedad abierta.


miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Por qué es tan difícil elegir el camino de la libertad?

La libertad no es fácil porque implica ser autosuficiente. Asumir la libertad de tomar decisiones conlleva a adquirir responsabilidades y sobre todo a correr los riesgos naturales que se adquieren cuando se acepta que ningún ser humano puede tener certezas absolutas. Vivir en libertad es complicado, porque el individuo tiene que abandonar la inmadurez que lo limita siendo dependiente de otros en muchos aspectos emocionales. La libertad nos conduce por senderos ásperos y trágicos. No es un camino sencillo, por eso la gran mayoría de las personas le tiene tanto miedo.



Vivir en libertad implica asumir riesgos, trances y contingencias. Comprende ser responsable y mirar la vida como es y no como nos gustaría que fuera. Decidir vivir en libertad trae como consecuencia enfrentar los temores que nos han impedido abandonar para siempre la infancia y convertirnos en hombres y mujeres de verdad.

En libertad se acaban los culpables de nuestras desgracias, y se termina con la faceta del victimismo que se nos enseña por todos lados. En libertad el hombre se enfrenta consigo mismo, y se asume como tal.



En libertad el individuo se baja del pedestal de pequeño dios redentor para reducirse a la simple condición de ser humano simplemente porque se hace responsable y asume sus limitantes naturales. Sabe que no es ángel o arcángel, y entiende que la especie humana es una diversidad de conceptos. Es consecuente de sus virtudes pero también de sus defectos. Cuando todo esto sucede, el ser deja de quejarse y se esfuerza por alcanzar lo que busca. El hombre en libertad es consciente de que vive en evolución constante, y comprende sus debilidades. Sabe que puede ser solidario, bondadoso, religioso, espiritual, sincero y auténtico, sin embargo también es lúcido de que puede ser envidioso, egoísta, cruel, pretencioso, hostil, ególatra, etc. Se asume como imperfecto, errante y se aleja de su pretensión de construir utopías o sistemas políticos equivalentes al cielo en la tierra, porque comprende que todos esos intentos han traído consecuencias lamentables. Por eso mejor opta por encontrar sistemas imperfectos, pero lo más esperanzadores y menos dañinos posibles. El individuo libre es libertario, pero nunca utópico.



El ser humano responsable deja de aspirar a saberlo todo porque ubica ante todo su condición humana. Deja de ser oráculo de la verdad, y conocedor completo de todos los bienes y todos los males de la sociedad.


El individuo que vive en libertad abandona la idea de construir utopías. Es respetuoso de los demás, es abierto y acepta la diversidad en todos los aspectos.



domingo, 26 de julio de 2015

El colectivismo: el nuevo enemigo de la libertad individual

En contraposición al tribalismo (o colectivismo) donde se no reconoce al individuo, ni aun menos a la libertad individual, Popper nos propone la «sociedad abierta», es decir, la sociedad de los individuos libres, las decisiones personales y el pensamiento crítico. Según Popper la liberad individual -que de ninguna manera debe confundirse con libertad colectiva o de grupo que puede incluso llegar a ser su contrario- es una creación muy reciente de la humanidad, una salida aun esporádica y traumática de su estado colectivista original en el cual siempre vivió desde su abandono de la mera animalidad hasta hace, históricamente muy poco. Según Popper nuestra civilización no se ha recobrado plenamente de la conmoción causada "por la transición de la sociedad tribal o cerrada con su sometimiento a las fuerzas mágicas, a la sociedad abierta, que pone en la libertad las facultades críticas del hombre."


Para Popper el totalitarismo moderno lo representa la reacción del colectivismo (sociedad cerrada) a la sociedad abierta (sociedad basada en individuos libres), es decir, la violencia por imponer a toda costa el restablecimiento del orden colectivo; este totalitarismo nunca fue percatado por liberales ingenuos que creyeron que con el fin del muro de Berlín, llegábamos a la recta final hacia la libertad, pues defensores de la tradición de la colectividad reaccionarán para imponer con más ahínco a la sociedad cerrada. 

Para Popper, el avance de la libertad individual desencadenará una opresión nunca vista, pues en su amenaza al gran colectivo, se llegará inevitablemente a la reacción violenta de muchos grupos tradicionales [vea el caso del Estado Islámico]. 

La liberad individual no es otra cosa que la libertad de cuestionar todo lo lo que hemos creído, de subvertir todo lo que existe, cuestionar todo aquello que hemos creído, dejar obsoletas nuestras ideas como nuestras formas de producir y organizarnos. Y en efecto, la libertad amenaza a las comunidades existentes, las solidaridades de siempre, las certidumbres de antaño y crea un desorden permanente: el desorden de la creatividad, del experimento, del cambio, del tratar de ser lo que queremos ser, y aquello para lo cual habríamos nacido según la tradición y la imposición de un cierto orden social. 

La libertad es con otras palabras, la salida del ser humano de lo controlable y predecible, la entrada en la era del cambio incesante, y por supuesto, esto pesa y cansa.


Desde el punto de vista económico, la liberad no es otra cosa que la economía moderna de mercado regida por la libre competencia, que no es otra cosa que el derecho que cada quien tenemos de competir con nuestro trabajo e ingenio y los frutos de los mismos por la elección soberana de un consumidor. Una economía libre no acepta la coacción del productor ni del consumidor sino que se basa en su consentimiento voluntario, y es justamente por ello que nos somete a una constante presión: la de ser mejores para ganarnos la voluntad de ser consumidores libres. Una economía libre no acepta la coacción del productor ni del consumidor sino se basa en el consentimiento voluntario y es justamente por ello que nos somete a una constante presión: la de ser mejores para ganarnos la voluntad de los consumidores libres y no ser desplazados del mercado. Es por ello que el capitalismo moderno tiene una capacidad tan extraordinaria de crear riqueza. Pero la hace de una forma exigente, dura, y bajo la amenaza de perder nuestra empresa o nuestro trabajo si no estamos alertas. Es por ello que es tan difícil querer al capitalismo, es por ello que su puro nombre produce una cierta incomodidad por no decir malestar. Y parafraseando a Churchill, "nunca tantos le han debido tanto a un sistema que ha sido querido por tan pocos."

La maldición del capitalismo, es la maldición de la libertad. Hoy existen por doquier cualquier cantidad de grupos que tratan de oponerse a la evolución de la sociedad. Se empeñan en un pasado que no tiene vuelta. La transición a la sociedad abierta provocará tremendos malestares e inconvenientes, nos recuerda Popper. La liberad es una especie de subversión contra el colectivo del pasado, que se niega a aceptar la evolución. Y la evolución es simplemente inevitable. El gran colectivo añejo nos insiste en retomar el rumbo. El colectivo cerrado no quiere tener un colectivo abierto, es decir, el lugar de los individuos autónomos.

La globalización no es más que una manifestación de las sociedades abiertas, es una expansión sin paralelos de nuestra libertad en todos sentidos. De hecho proviene del crecimiento acelerado de que permite la salida espectacular de grandes masas humanas de la pobreza en un tiempo tan corto. El mundo se achica y el enorme flujo comunicativo de la era de información hace llegar las ideas e influencias más diversas prácticamente a todos los rincones del planeta. La mayoría de las tradiciones han sido sometidas a juicio y cuestionadas, obligadas a justificarse, y finalmente forzadas a modernizarse o desaparecer.


La sociedad cerrada grita para detener el cambio. No le gusta la evolución y acostumbrada a imponerse al individuo, piensa que a la sociedad abierta la dirige una devastadora máquina llamada de diferentes maneras: "neoliberalismo, imperialismo yanqui, occidentalismo", y demás etcéteras.


Lo cierto es que los cambios no se pueden detener en la naturaleza, y el hombre mismo es parte de ella. Si Popper tenía razón, no deberían sorprendernos -afirma nuestro amigo liberal chileno Mauricio Rojas- la resaca colectivista con un claro sesgo totalitario que hoy vemos alzarse frente a todo este torbellino de libertad y cambio que llamamos globalización. Los movimientos anti globalización o los socialismos del XXI, el Estado Islámico, el populismo europeo y americano, así como el hinduísmo militante son un ejemplo de esta oposición.


Nos seguirá costando mucho dejar fluir nuestra evolución. Sin embargo,  hagamos lo que hagamos, será inevitable el constante cambio. Que no se nos olvide jamás, que la evolución humana, no se ha detenido, ni se detendrá.