martes, 21 de febrero de 2017

Un mito llamado "neoliberalismo"

Como usted sabe, según la educación ofiacialista SEP-UNAM, de acuerdo con sus colegiados en la materia de Historia de México, nuestro país atraviesa por la etapa "neoliberal", (sistema económico impuesto desde el gobierno de Carlos Salinas hasta nuestros días). Esa hipótesis se le enseña hasta el cansancio a todos los alumnos de educación media superior y superior.


Historia de México II: Unidad 4 "Renovación moral a la modernización del neoliberalismo (1982 a nuestros tiempos)"


Se nos repite sin cesar, que el Estado ha venido perdiendo fuerzas frente al avance de la Empresa privada, instancia que por su ambición, crece cada vez más ante la debilidad de la primera. Comentarios rutinarios como "quieren acabar con lo público", o del tipo "quieren privatizarlo todo" son repetidos sin cansancio en aulas preparatorianas, ceceacheras, y de cualquier tipo de bachillerato público o privado. Y a partir de esa hipótesis, se llega a la gran conclusión política del momento, que sugiere que el gobierno debe ser cada vez más fuerte para que pueda oponerse al embate de la Empresa.

Protesta antineoliberal en la ciudad de México

Sin embargo, si usted observa con atención, se dará cuenta de que como nunca en la historia, habíamos tenido un Estado tan grande, tan intervencionista, y tan regulador que exige cada vez más obligaciones a los ciudadanos. Le menciono sólo algunos de los impuestos que nos obliga el gobierno a pagarle bajo amenaza:

Impuesto por derecho a gozar de los beneficios de su trabajo (ISR), impuesto por tener casa (predial), impuesto por tener auto (tenencia), impuesto por comprar cualquier producto o servicio -lo que usted guste- (IVA), impuesto por beber coca cola o cualquier refresco o bebida azucarada (IEPS+IVA), impuesto por fumarse un tabaco (IEPS+IVA), impuesto por beberse un tequila, una cerveza o cualquier bebida alcohólica (IEPS+IVA), impuesto por comprar gasolina (IEPS+IVA), impuesto por comprar boleto de avión o autobús o por hospedarse en un hotel (¿ha notado que cuando viaja, paga más por impuestos que por avión y hospedaje?), impuesto por contratar "legalmente" a alguien (cuotas y obligaciones patronales IMSS/Infonavit), impuestos por vender o comprar inmuebles, impuesto por heredar sus pertenencias a sus seres queridos, impuesto a jugar lotería, al melate o por derecho a aventurarse en cualquier apuesta, impuesto por gozar de alumbrado público, impiuestos de gobiernos locales, y ahora, el impuesto a la plusvalía de su casa.

Impuestos gubernamentales: obligación ciudadana

A toda esa carga fiscal, debe usted sumar las regulaciones estatales que obliga el gobierno a todas las empresas -grandes, medianas o pequeñas- (excepto a los cuates gubernamentales claro está) para contratar personal, para poder vender, para tener permisos, para poder operar, para poder llevar a cabo cualquier producción, para asociarse, para poder transitar, para poder tener vistos buenos de correcto funcionamiento o de protección civil, en fin, hasta para pagar derecho de piso, o cuotas extras para efectos de que "salga sin objeciones" cualquier licencia, etcétera.

Las regulaciones estatales están hasta en la sopa, pero sin sal, porque como sabe, el gobierno nos protege tanto que ha decido establecer una norma que obliga a los restauranteros a quitar el salero de una mesa de comensales por nuestro propio bien. Incluso, como le he mostrado, nos obliga a pagar un impuesto "especial" cuando decidimos ingerir azúcar, alcohol o fumar, por nuestro propio bienestar.

La intromisión del gobierno

Es realmente curioso, pero es el Estado -y no la empresa particular- la única entidad que arremete en contra de la propiedad privada de las personas, la que menoscaba la libertad individual con leyes y derechos por doquier para justificar su existencia, es la que provoca absolutamente todas las crisis e inflaciones, la que profundiza las recesiones con soluciones que avivan las crisis, es la entidad que ahonda las deudas públicas a su antojo y las ha llevado a niveles nunca vistos en la historia, y la única que se dedica a romper con tradiciones e instituciones privadas como las religiones para dejar al individuo sólo y totalmente dependiente de él. Por esa razón ha monopolizado la educación, y el uso exclusivo de la violencia.

Como nunca estamos frente a un Estado enorme, con aparatos gigantescos que dañan y perjudican constantemente a ciudadanos y a empresas autónomas.  

Ciudadano frente al aparato del Estado

Es muy curioso que la gestapo educativa SEP-UNAM sea parte de este juego, tapándose los ojos ante la intromisión estatal y utilizando esta idea para socavar con los principios liberales, llamando "neoliberalismo" a lo que significa la violación de la libertad y de la propiedad privada de las personas. Ya que como comprenderá cualquier orden liberal, debe tener un sesgo contrario a la expansión del Estado, y no al revés. 


¿Salinas neoliberal?

No es nada casual que gran parte de a intelectualidad adepta al marxismo cultural mexicano, haya vinculado las privatizaciones del salinato con lo neoliberal justo después de la caída del socialismo. Como usted sabe, lo que hizo el gobierno de aquel entonces, fue utilizar un principio aparentemente "liberal" para convertir empresas públicas en privadas sin merecimiento por talento, sino sólo por el hecho de haber sido amigos de Salinas. Este hecho fue más bien una canallada mercantilista. Amigos de los políticos (y políticos mismos) se adueñaron de la banca y de muchas empresas paraestatales. ¿A caso estas privatizaciones se hicieron con con absoluta transparencia y con la finalidad de favorecer la competencia y al consumidor?, ¿a caso rescatar la banca en manos de los cuatitos del gobierno se establece en algún principio liberal? Una política liberal bien aplicada hubiera implicado privatizar en partes el sector telefónico y la banca, y mucho menos se hubiera tolerado que, en caso de quiebra, haberse convertido en deuda pública una irresponsabilidad privada. Esas acciones no son neoliberales, son más bien parte de una política de cuates (tan tristemente conocida en nuestro país).

Salinas se disfrazó de neoliberal, y las bajezas de este último fueron aprovechadas por el marxismo instalado en el sector educativo nacional, y así, irresponsablemente confundir a la gente con los términos, pero sobre todo, para tomar el poder con ideas del tipo "quieren acabar con todo / defendamos lo público" que tanto se defienden desde las izquierdas.

En fin, el estatismo con su artificio de neoliberal, ha triunfado. Ni sus intromisiones y planificaciones reguladoras han muerto. Viven entre nosotros todo el tiempo. Los principios liberales, se siguen sepultando bajo el manto abrumador del intervencionismo, con prácticas antiliberales como si fueran complementarias con el liberalismo moderno. 


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