miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Por qué es tan difícil elegir el camino de la libertad?

La libertad no es fácil porque implica ser autosuficiente. Asumir la libertad de tomar decisiones conlleva a adquirir responsabilidades y sobre todo a correr los riesgos naturales que se adquieren cuando se acepta que ningún ser humano puede tener certezas absolutas. Vivir en libertad es complicado, porque el individuo tiene que abandonar la inmadurez que lo limita siendo dependiente de otros en muchos aspectos emocionales. La libertad nos conduce por senderos ásperos y trágicos. No es un camino sencillo, por eso la gran mayoría de las personas le tiene tanto miedo.



Vivir en libertad implica asumir riesgos, trances y contingencias. Comprende ser responsable y mirar la vida como es y no como nos gustaría que fuera. Decidir vivir en libertad trae como consecuencia enfrentar los temores que nos han impedido abandonar para siempre la infancia y convertirnos en hombres y mujeres de verdad.

En libertad se acaban los culpables de nuestras desgracias, y se termina con la faceta del victimismo que se nos enseña por todos lados. En libertad el hombre se enfrenta consigo mismo, y se asume como tal.



En libertad el individuo se baja del pedestal de pequeño dios redentor para reducirse a la simple condición de ser humano simplemente porque se hace responsable y asume sus limitantes naturales. Sabe que no es ángel o arcángel, y entiende que la especie humana es una diversidad de conceptos. Es consecuente de sus virtudes pero también de sus defectos. Cuando todo esto sucede, el ser deja de quejarse y se esfuerza por alcanzar lo que busca. El hombre en libertad es consciente de que vive en evolución constante, y comprende sus debilidades. Sabe que puede ser solidario, bondadoso, religioso, espiritual, sincero y auténtico, sin embargo también es lúcido de que puede ser envidioso, egoísta, cruel, pretencioso, hostil, ególatra, etc. Se asume como imperfecto, errante y se aleja de su pretensión de construir utopías o sistemas políticos equivalentes al cielo en la tierra, porque comprende que todos esos intentos han traído consecuencias lamentables. Por eso mejor opta por encontrar sistemas imperfectos, pero lo más esperanzadores y menos dañinos posibles. El individuo libre es libertario, pero nunca utópico.



El ser humano responsable deja de aspirar a saberlo todo porque ubica ante todo su condición humana. Deja de ser oráculo de la verdad, y conocedor completo de todos los bienes y todos los males de la sociedad.


El individuo que vive en libertad abandona la idea de construir utopías. Es respetuoso de los demás, es abierto y acepta la diversidad en todos los aspectos.



domingo, 26 de julio de 2015

El colectivismo: el nuevo enemigo de la libertad individual

En contraposición al tribalismo (o colectivismo) donde se no reconoce al individuo, ni aun menos a la libertad individual, Popper nos propone la «sociedad abierta», es decir, la sociedad de los individuos libres, las decisiones personales y el pensamiento crítico. Según Popper la liberad individual -que de ninguna manera debe confundirse con libertad colectiva o de grupo que puede incluso llegar a ser su contrario- es una creación muy reciente de la humanidad, una salida aun esporádica y traumática de su estado colectivista original en el cual siempre vivió desde su abandono de la mera animalidad hasta hace, históricamente muy poco. Según Popper nuestra civilización no se ha recobrado plenamente de la conmoción causada "por la transición de la sociedad tribal o cerrada con su sometimiento a las fuerzas mágicas, a la sociedad abierta, que pone en la libertad las facultades críticas del hombre."


Para Popper el totalitarismo moderno lo representa la reacción del colectivismo (sociedad cerrada) a la sociedad abierta (sociedad basada en individuos libres), es decir, la violencia por imponer a toda costa el restablecimiento del orden colectivo; este totalitarismo nunca fue percatado por liberales ingenuos que creyeron que con el fin del muro de Berlín, llegábamos a la recta final hacia la libertad, pues defensores de la tradición de la colectividad reaccionarán para imponer con más ahínco a la sociedad cerrada. 

Para Popper, el avance de la libertad individual desencadenará una opresión nunca vista, pues en su amenaza al gran colectivo, se llegará inevitablemente a la reacción violenta de muchos grupos tradicionales [vea el caso del Estado Islámico]. 

La liberad individual no es otra cosa que la libertad de cuestionar todo lo lo que hemos creído, de subvertir todo lo que existe, cuestionar todo aquello que hemos creído, dejar obsoletas nuestras ideas como nuestras formas de producir y organizarnos. Y en efecto, la libertad amenaza a las comunidades existentes, las solidaridades de siempre, las certidumbres de antaño y crea un desorden permanente: el desorden de la creatividad, del experimento, del cambio, del tratar de ser lo que queremos ser, y aquello para lo cual habríamos nacido según la tradición y la imposición de un cierto orden social. 

La libertad es con otras palabras, la salida del ser humano de lo controlable y predecible, la entrada en la era del cambio incesante, y por supuesto, esto pesa y cansa.


Desde el punto de vista económico, la liberad no es otra cosa que la economía moderna de mercado regida por la libre competencia, que no es otra cosa que el derecho que cada quien tenemos de competir con nuestro trabajo e ingenio y los frutos de los mismos por la elección soberana de un consumidor. Una economía libre no acepta la coacción del productor ni del consumidor sino que se basa en su consentimiento voluntario, y es justamente por ello que nos somete a una constante presión: la de ser mejores para ganarnos la voluntad de ser consumidores libres. Una economía libre no acepta la coacción del productor ni del consumidor sino se basa en el consentimiento voluntario y es justamente por ello que nos somete a una constante presión: la de ser mejores para ganarnos la voluntad de los consumidores libres y no ser desplazados del mercado. Es por ello que el capitalismo moderno tiene una capacidad tan extraordinaria de crear riqueza. Pero la hace de una forma exigente, dura, y bajo la amenaza de perder nuestra empresa o nuestro trabajo si no estamos alertas. Es por ello que es tan difícil querer al capitalismo, es por ello que su puro nombre produce una cierta incomodidad por no decir malestar. Y parafraseando a Churchill, "nunca tantos le han debido tanto a un sistema que ha sido querido por tan pocos."

La maldición del capitalismo, es la maldición de la libertad. Hoy existen por doquier cualquier cantidad de grupos que tratan de oponerse a la evolución de la sociedad. Se empeñan en un pasado que no tiene vuelta. La transición a la sociedad abierta provocará tremendos malestares e inconvenientes, nos recuerda Popper. La liberad es una especie de subversión contra el colectivo del pasado, que se niega a aceptar la evolución. Y la evolución es simplemente inevitable. El gran colectivo añejo nos insiste en retomar el rumbo. El colectivo cerrado no quiere tener un colectivo abierto, es decir, el lugar de los individuos autónomos.

La globalización no es más que una manifestación de las sociedades abiertas, es una expansión sin paralelos de nuestra libertad en todos sentidos. De hecho proviene del crecimiento acelerado de que permite la salida espectacular de grandes masas humanas de la pobreza en un tiempo tan corto. El mundo se achica y el enorme flujo comunicativo de la era de información hace llegar las ideas e influencias más diversas prácticamente a todos los rincones del planeta. La mayoría de las tradiciones han sido sometidas a juicio y cuestionadas, obligadas a justificarse, y finalmente forzadas a modernizarse o desaparecer.


La sociedad cerrada grita para detener el cambio. No le gusta la evolución y acostumbrada a imponerse al individuo, piensa que a la sociedad abierta la dirige una devastadora máquina llamada de diferentes maneras: "neoliberalismo, imperialismo yanqui, occidentalismo", y demás etcéteras.


Lo cierto es que los cambios no se pueden detener en la naturaleza, y el hombre mismo es parte de ella. Si Popper tenía razón, no deberían sorprendernos -afirma nuestro amigo liberal chileno Mauricio Rojas- la resaca colectivista con un claro sesgo totalitario que hoy vemos alzarse frente a todo este torbellino de libertad y cambio que llamamos globalización. Los movimientos anti globalización o los socialismos del XXI, el Estado Islámico, el populismo europeo y americano, así como el hinduísmo militante son un ejemplo de esta oposición.


Nos seguirá costando mucho dejar fluir nuestra evolución. Sin embargo,  hagamos lo que hagamos, será inevitable el constante cambio. Que no se nos olvide jamás, que la evolución humana, no se ha detenido, ni se detendrá.

lunes, 30 de marzo de 2015

El Reino de Dios de Dussel





Dejo por aquí esta entrevista que le hace el sacerdote Ermanno Allegri al filósofo Enrique Dussel, ex Rector marxista de la UACM, y autor-creyente de la denominada ideología de la Teología Liberación Latinoamericana, que es algo así como el fundamento teórico que utilizan los “verdaderos revolucionarios” para argumentar hasta lo inimaginable.


En ella, no sólo usted podrá encontrar cómicas y esperanzadoras frases como las que al final le expongo, sino que también podrá visualizar la imposición oculta que se encuentra dentro de estos ilustres personajes, auto clamados portadores de la "visión del pueblo verdadero" y demás elocuencias que utiliza el posmodernismo occidental en contra del occidentalismo, eurocentrismo y otras linduras conceptuales en la moda intelectual revolucionaria.

Esta ideología es como una nueva religión, donde por supuesto también hay angelitos y diablitos, conspiraciones y esperanzas, malos tiempos y buenas nuevas. Parece que esta corriente marxista ha perdido la esperanza en los obreros y en los campesinos, como lo fundamentaba Marx y Mao respectivamente, pues ahora la gran revolufia parece que llegará desde los “estudiantes conscientes y activistas” (los new arcángeles) que luchan contra los poderes facticos capitalistas y demás elementos fantasmales del momento (los new diablos pues).


Según cuenta esta leyenda, la Liberación Latinoamericana de Don Dussel (las mayúsculas las pone él en su corrección a la entrevista), hará retornar a la Gran Latinoamérica (la Tierra Santa Santa) su Luz, pues es aquí (en México incluso) donde realmente surgió la Lógica, la misma que después se piratearía Don Descartes y toda la bola de occidentales ojeis, que no sólo le robaron a Latinoamérica su identidad, sino que la tienen dominada para que “esta no despierte”; pero según las buenas nuevas ya estamos por alcanzar el nuevo amanecer.

Dussel

Como todo redentor, Don Dussel, invoca a otros redentores del nuevo marxismo para la Liberación de a debis.  Échele un ojo a la entrevista, y encuentre en las palabras de este nuevo pastor la luz, qué digo luz en minúscula, la Luz de las netas.

Aquí algunas de sus frases:

"Ahora nuestro enemigo es Estados Unidos, es la Metrópolis y hay que liberarse de él"
-Los gringos no entran al nuevo cielo, ni modos, los diablos pelas-

“Pero, la revolución es política, porque cuando el pueblo tome el poder en serio, institucionalmente, el sistema económico va a cambiar; pero como fruto de la decisión política. Entonces, estamos en un momento político, y yo estoy elaborando una Filosofía Política, y sale también una Teología Política. De un tratado que nunca la Teología trató, el Tratado del Estado como constructor del Reino de Dios.”

-Chales, y yo que pensaba que los Testigos de Jehová estaban gruesos… Don Dussel ya tiene la nueva biblia, la chida, la que nos librará de todititos los demonios. Así que olvídese del Evangelio y póngase a leer el Tratado del Estado que ese sí, es el constructor del verdadero Reino de Dios-

“Se habla de fe y política como que yo me comprometo en algo obscuro, difícil, secular que no tiene que ver con el Reino de Dios. Entonces, me han pedido hacer un curso ahora sobre ‘fe y política’. ¡No sabes lo que voy a hacer! Porque voy a hablar de la santidad, del compromiso político constructor del Reino de Dios.”

-Ahora sí Don Dussel nos dará Luz. ¡Por fin llegó la hora! Tendremos el mejor de los Evangelios según Don Dussel. Esta es palabra de Dios. Amén-


Pero mejor léalo por usted mismo en el blog franchute “Espoir Chiapas”. Lo dejo en manos santas.